Santander y sus tonos azules. Hoy quiero compartir con todos vosotros un trocito de una de mis ciudades favoritas. No sé si serán sus playas, su gente o el aire que se respira pero para mí es un trocito de cielo en la tierra. Santander. La ciudad que lo tiene todo. Desde extensos campos de verde hierba hasta la playa más infinita. Sus atardeceres de arco iris, su buenos vinos blanos en terracita, esos baños gélidos que han de ser rápidos pues uno se juega el refriado veraniego y como no, sus santanderinos. Tan suyos pero a la vez tan nuestros.
No sé tú pero yo me siento de esta tierra. Muy de la tierrruca. Los que tenemos familia y solemos ir mucho, la disfrutuamos con sol y con lluvia, con viento sur y con galerna, con paseos por el Sardinero o con un baño en Mataleñas. No importa de donde vengas pues Santander siempre está dispuesta a acogerte. Un paseo en pedreñera, una cerveza en el rayo verde o comer en casa Silvio, no lo cambiaría por nada del mundo. Palabra de santanderino.
Santander. Una ciudad con historia, con familias, donde la amistad se valora más que en cualquier sitio. Saludar por lo menos a cinco personas es una regla de la calle, pues si no es como si tu paseo no contara y tomarte un helado después de la playa, es casi una obligación. Muchos me reñirán por decir que el mejor es el de Monerris aunque si vienes, prueba el de Regma, es una parada fundamental. Con sus playas, nuestro sardi, las comidas en el tenis o el Albariño en el marítimo, esta ciudad nunca defrauda. ¡Siempre se tiene ganas de volver!
Hoy quería compartir con vosotros unas frases de como me gusta Santander y algunas de mis fotos favoritas. Nada del otro mundo pero representan los mejores momentos.
Un beso,
Soco